En una calurosa tarde de un día cualquiera de verano, en un lugar cualquiera de la faz de la tierra, un abuelo hablando con su nieto comenzó a contarle una historia que decía así: Hijo mio si tu supieras la de veces que estuve detenido por quejarme , por decir la verdad, por no poder comer cuando otros se alimentaban gracias a mi jornal, la de palos que me llevé cuando era joven. Aquello no era facil, pero al final luchando conseguimos algo de lo que estuvimos orgullosos, aunque con el tiempo esa ilusión se desvaneció. Ya sabes que no me queda mucho tiempo y que nuestros logros se esfumarán , por eso quiero dejarte esta herencia. Lo que te voy a dar no es nada material, es un consejo que dice : Nunca aceptes consejos de nadie.
El joven desconcertado , y confuso por lo que su abuelo le acababa de decir le pregunta; ¿ y porque me cuentas esto? a la que el abuelo le contesta: Hijo mio porque aquel chaval luchador de la historia eres tu como lo fui yo, solo que ahora hay más por lo que luchar.....
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